lunes, 8 de octubre de 2012

Artículo: LA ENFERMEDAD COMO ALIADA...

O de cómo los síntomas nos ayudan a recuperar el equilibrio y la salud


Por: Armando Millán
armando@proyecto-mandala.com
Proyecto Mandala (Perú) 

La sola idea de considerar a la enfermedad como una aliada para nuestra salud o como necesaria para mantenernos en equilibrio, suele ser perturbadora. Pareciera que resulta más cómodo rechazar y alejarse de la enfermedad que acercarse a ella. Desde el enfoque moderno de la medicina oficial, la enfermedad suele ser considerada como un aspecto molesto del ser humano que debe ser alejado, cuando no extirpado de nuestra experiencia cotidiana. A nadie le gusta “estar enfermo” y la enfermedad genera desánimo, apaciguamiento, dolor y mucha preocupación. Por eso, resulta casi natural considerar a la enfermedad como una enemiga a la que combatir. 

A inicios de los años 80, en el siglo XX, dos especialistas alemanes, el médico Rüdiger Dahlke y el psiquiatra Thorwald Dethlefsen publicaron un sugestivo tratado llamado “La enfermedad como camino. Un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades” que planteaba un enfoque alternativo de la salud y de la enfermedad. Entre otras cosas, los autores intentaban aclarar la confusión entre enfermedad y síntoma. Solemos llamar “enfermedades” a las variadas molestias o afecciones que nos aquejan –migrañas, procesos inflamatorios, dolores crónicos, etc.– cuando, en realidad, se trata de síntomas: señales en el plano corporal de que algo ocurre en nuestros planos psíquicos o emocionales internos. Para Dahlke y Dethlefsen, la enfermedad no es un episodio particular de disfunción orgánica, consiste en un estado de la conciencia. Al igual que no existen muchas ni distintas “saludes”, tampoco podrían existir “enfermedades” diversas. La salud y la enfermedad son estados totales de los individuos y no pueden separarse en partes.


Así, la salud se referiría entonces a una situación del individuo cuando se encuentra en equilibrio, es decir, cuando todas las funciones del organismo caminan armónicamente. A la enfermedad más bien se le identifica con el desequilibrio y esto se manifiesta a través de síntomas que nos descentran y nos causan pesar y malestar. Ahora bien, para los autores alemanes, los síntomas que nos aquejan no son gratuitos. Por el contrario, representan una oportunidad para recuperar el equilibrio perdido y, en consecuencia, acercarnos nuevamente a nuestro estado de salud. Pero esto requiere de una especial disposición del o la “paciente”. Él o ella son los que deben mirar sus síntomas desde otra perspectiva a la habitual y ponerse en acción, dejando de lado la actitud pasiva del sufriente que se entrega a las manos del especialista médico para que le resuelva su problema.


El enfoque de la enfermedad como aliada requiere que descifremos el lenguaje simbólico a través del cual “habla” el cuerpo y los síntomas. Y eso solo lo puede hacer quien se encuentra aquejado por algún problema. De este modo, los síntomas se convierten en mensajes cifrados que deben ser develados por el ahora “agente” –el antiguo “paciente”– para integrar a través de su conciencia aquello que el síntoma revela como ausente y que es necesario para reencontrarse con el equilibrio… nuevamente. La salud consiste, así, en un constante actuar, ir y venir, ajustando y desajustando, del mismo modo como se afinan las cuerdas de una gentil guitarra y cuyo constante uso las vuelve a desafinar. Esto constituye todo un reto. 

(Armando Millán y Odette Vélez estarán ofreciendo el Taller Anual "La enfermedad como aliada" a partir de este martes 23 de octubre de 2012, durante cuatro martes seguidos. Más información en este enlace o al siguiente correo electrónico: mandalaperu@gmail.com)

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